Ajo-peri... una idea simple y práctica. Lo que hoy os traigo no es una receta sino, mas bien un tip, para que siempre tengáis a mano ajo y perejil fresco.
¿Cuántas veces vais a la nevera a coger perejil y resulta que se ha estropeado?... y claro, toca bajar a comprar. Da coraje ver como, aunque hayamos sido cuidadosas en su conservación, acaba igualmente echándose a perder. Y con los ajos... lo mismo, vamos a cogerlos y resulta que pelas uno y está malo, coges otro y lo mismo...
Pues bien, aquí os explico que es lo que yo hago... espero os sirva de ayuda y hasta la próxima receta...
INGREDIENTES:
- 8 ó 10 ajos (según sean de grandes).
- 1 ramillete de perejil (suele pesar 150 grs.)
- 1/2 vaso de aceite de oliva.
Necesitaremos también:
- Batidora-picadora o un mortero (lo que tengáis).
- Bolsas de congelación o las cubiteras de hielo (lo que os sea mas útil).
PASO A PASO:
- Lavamos y secamos bien el perejil.
- Desechamos los tallos y, con el cuchillo cortamos en 2 ó 3 veces.
- Pelamos los ajos y los dejamos enteros o si son grandes, cortamos por la mitad.
- Ponemos en la picadora ajo y perejil (como no os cavera todo de una vez, agregamos de poco a poco) y picamos. Luego le vertemos el aceite y picamos unos segundos mas para ligarlo bien todo.
- Utilizamos las bolsas de congelación (o lo que halláis elegido) y repartimos la mezcla resultante y congelamos.
Aquí tenéis el resultado, con las cantidades que he utilizado me han salido casi 11 cucharadas soperas que he repartido en 4 bolsitas a 2 cucharadas y media cada una.
Ya lo tenéis listo... para el pescado, carne o lo que queráis, sólo hay que sacarlo del congelador...
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